Kareshi Kanojo no Jijō es tambien conocido como Kare Kano.
Yukino Miyazawa es la chica más popular del instituto: guapa, elegante, estudiosa, atenta con sus compañeros, delegada de clase... Pero la "verdadera" Yukino se revela cuando está en casa, donde cambia radicalmente. Cambia su aspecto, ahora totalmente desarreglado (siempre va vestida con chándal, con coleta y cambia las lentillas que lleva para ir a clase por una gafas) y se muestra como una chica normal y corriente que le gusta gandulear. De hecho es tal el cambio que pega según la situación en que se encuentr que sus padres y sus dos heramanas (que se toman con filosofía y algo de humor la actitud de Yukino) suelen "pinchar" a Yukino diciendole que en casa se vuelve una persona totalmente diferente y que prácticamente lleva una "doble vida" de cara al exterior. El problema de Yukino es que está obsesionada con que la admiren y lograr ser el centro de atención, lo que le ha llevado a cambiar radicalmente su forma de ser y mantener una imagen de cara a los demás que no se corresponde en absoluto con su verdadero carácter. Y hasta ahora le había funcionado bien y lograba su objetivo.
Pero Yukino tiene un problema: le ha salido un competidor, Sôichirô Arima, el chico más guapo, popular y estudioso del centro, y va a su misma clase. Y claro, Yukino le considera su "rival natural" por ser el centro de atención, y compite con él por ser la perfección hecha estudiante. Hasta que un día Sôichiro le dice a Yukino que le gusta, para mayor placer de ésta, que le rechaza diplomáticamente pero siente que ahora tiene una "ventaja" sobre su competidor... hasta que, para su desesperación, un día por accidente Sôichiro descubre la faceta "de estar por casa" de Yukino. Un "accidente" que cambiará radicalmente la relación entre ambos y propiciará que los dos jóvenes entablen una peculiar relación de complicidad. Así, Yukino y Sôichiro comienzan a conocerse mejor, a mostrarse como son en realidad y poco a poco surgirá el amor... con todos los cambios, problemas y dificultades (y también buenos momentos, claro) que ello conlleva.
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